Desde su nacimiento en 1975, la Agencia Espacial Europea ha sido la luz que guía a Europa hacia los misterios del Espacio. Con cada misión, cada satélite y cada exploración, la ESA nos lleva hacia lo desconocido, impulsando nuestra curiosidad más allá de la Tierra y abriendo nuevas ventanas y oportunidades al universo. Cincuenta años después, la ESA no solo sigue explorando el universo, sino que sirve como reflejo de uno de los instintos más primitivos del ser humano: la exploración.
Texto: Tatiana Cociu
El día cero de la ESA
En esta fecha histórica, diez países europeos firmaron oficialmente la Convención que establecía la ESA como una organización intergubernamental dedicada a la cooperación en la exploración y desarrollo del espacio. Este acto sirvió como base para que Europa uniera esfuerzos, recursos y talento con el objetivo común de alcanzar y explorar el cosmos, dando inicio a una nueva era de colaboración científica y tecnológica en el continente.
Créditos: ESA
24 de abril de 1990:

Visión artística de Rosetta – Créditos: ESA – J. Huart
12 de noviembre de 2014:

La sonda Rosetta aterriza sobre un cometa
La sonda Rosetta de la ESA logró el primer aterrizaje en un cometa cuando el módulo Philae se posó sobre el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. A pesar de un aterrizaje complicado, Philae envió datos valiosos sobre la composición del cometa, ayudando a entender los orígenes del sistema solar y la vida en la Tierra.
25 de diciembre de 2021:

El telescopio se lanzó desde el Puerto Espacial Europeo en Guayana Francesa, a bordo de un cohete Ariane 5 proporcionado por la ESA. Este observatorio, fruto de la colaboración internacional entre la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, está diseñado para ofrecer la visión más detallada y profunda del universo jamás lograda. Tras un complejo despliegue en el espacio, James Webb ya envía imágenes y datos que prometen revolucionar nuestra comprensión del universo, desde la formación de las primeras galaxias hasta la exploración de atmósferas de exoplanetas habitables.
Acantilados cósmicos, foto del telescopio James Webb.
Créditos: NASA