¿Cómo diría que ha cambiado la NASA en los últimos 15 años, desde su incorporación?
En este tiempo, ¿de qué proyecto se siente más orgulloso de haber participado? ¿Qué aprendizajes destacaría?
Artemis es el proyecto en el que estoy más orgulloso de participar, porque es una nueva era de exploración espacial para la humanidad, y de la que estaremos sacando beneficios tecnológicos y científicos durante muchos años, aparte de que supondrá una fuente de inspiración enorme para nuevas generaciones.
En estos años de desarrollo de la nave Orión, hemos aprendido a adaptar nuevas tecnologías a problemas que ya conocíamos, como llegar a la Luna, para tener mucha más capacidad de exploración y sostenibilidad.
También seguimos explotando el beneficio de hacer un proyecto internacional y poder contar con la experiencia y ganas de muchos otros países, como la Agencia Espacial Europea en la nave Orión.
Recientemente, ha participado en el Small Satellites & Services International Forum (SSSIF) de Málaga. ¿Qué aprendizajes ha extraído de la experiencia?
Me he dado cuenta del empuje que hay en Europa y en España en el sector Espacial, y sobre todo el gran interés en participar en Artemis, desde empresas más o menos pequeñas a agencias gubernamentales.
Tenemos que seguir aprovechando este interés y aportación de todo este sector para seguir avanzando el impulso en exploración Espacial.
Leyendo la prensa generalista, parece que la Luna vuelve a estar de moda, coincidiendo con misiones como SLIM, Chandrayaan-3 o, precisamente, Artemis. ¿A qué se debe este interés?
Realmente significa la frontera de la humanidad ahora mismo. A pesar de que fuimos a la Luna hace más de 50 años, la verdad es que todavía conocemos muy poco de ella, y la exploración humana allí fue muy limitada.
El deseo de la humanidad de conocer y expandirse más allá de nuestro planeta Tierra todavía parece ciencia ficción, y con estos programas, en especial Artemis, lo vamos a hacer realidad. Por eso hay tanto interés. El Programa Apolo fue un paso gigantesco para la humanidad, y ahora tenemos que dar el siguiente paso.
¿Cuál considera que es hoy el principal reto tecnológico de Artemis?
Hay muchos. En general, poder vivir y trabajar de forma sostenible en el espacio profundo. Se requieren muchas cosas para poder hacer eso, desde conocimientos científicos, tecnología nueva, y el saber cómo hacer todas las operaciones, incluyendo los desafíos logísticos.
A diferencia de las primeras misiones de alunizaje, hoy la colaboración, no solo entre agencias, sino entre estas y el sector privado, es mucho más estrecha. ¿Cómo valora el papel de la industria internacional hoy?
Va a ser importantísimo que siga el empuje comercial privado de la exploración del Espacio profundo, empezando por la Luna.
La NASA y otras agencias gubernamentales se tienen que enfocar en el desarrollo y avance tecnológico para los desafíos más complejos, que requieren mayores recursos e inversión de fondos, científicos, y tecnológicos.
Pero necesitamos una industria potente e interesada para innovar en los servicios que ya hemos hecho y privatizado en la órbita cercana a la Tierra, como transporte de carga, comunicaciones, satélites para servicios de localización, etc. Empresas que logren simplificar los sistemas y operaciones necesarios para estos servicios nos permitirán enfocarnos en los nuevos desafíos y avances en la exploración tripulada.
El año pasado, España se convirtió en el vigésimo quinto país en firmar los Acuerdos de Artemis. ¿Diría que el espacio se está convirtiendo en un buen ejemplo de colaboración internacional?
La exploración del Espacio no solo pertenece a un grupo selecto de paí- ses, debe ser de toda la humanidad. En estas bases, debemos liderar una coalición lo más grande posible, de países que quieran aportar en esta aventura, de una forma pacífica y de beneficio para todos.
Como responsable de la integración del módulo de servicio en la nave espacial Orión, ¿qué características o tecnologías destacarías de ella, especialmente, aportadas por la industria?
Destacaría el potencial de la industria europea y española en muchas de las disciplinas de construcción de naves espaciales, incluyendo el desarrollo de estructuras, los sistemas de generación y distribución de potencia, hasta el sistema de propulsión.
También, el conocimiento en la integración y fase de pruebas de la nave de muestras de la experiencia que tiene ya la industria europea en esto.
¿Conoce ya al astronauta español Pablo Álvarez? ¿Cree que será tripulante en una nave Orión en el futuro?
Lo conozco, pero no en persona. ¡Espero poder hacer eso muy pronto y por supuesto le estoy esperando para cuando empiece a entrenar en una de las misiones de Artemis!
¿Por qué se quiere llegar a la Luna después de 50 años y qué ha pasado en todo este tiempo para que no hubiera este interés?
Siempre ha existido ese interés de volver a la Luna y seguir explorando, pero estábamos enfocados en aprender a cómo vivir y trabajar en el Espacio, desarrollar naves espaciales más seguras y capacitadas para una exploración sostenible del Espacio. Los presupuestos para la exploración espacial cambiaron radicalmente una vez que la carrera espacial de los años 60 terminó, cuando Estados Unidos llegó a la Luna.
Realmente no serían sostenibles ahora. Desde entonces, desarrollamos el transbordador espacial y la ISS, para poder llegar, vivir y trabajar en el Espacio de forma sostenible. También hemos visto el coste de llevar carga y astronautas al Espacio abaratarse radicalmente con la irrupción de empresas privadas que han innovado en este aspecto.
Todo eso nos lleva a que estemos preparados ahora para el siguiente paso, que será hacer lo mismo en la órbita y superficie Lunar, para aprender y prepararnos para ir a Marte.
Para terminar, si tuviera que aventurar una fecha… ¿Cuándo cree que la humanidad podría llegar a Marte?
En esta década volveremos a la Luna con astronautas y sentaremos las bases para la exploración de la superficie, que expandiremos en la si- guiente década, la de los 2030.
En mi opinión, estaremos desarrollando los sistemas que nos llevarán a Marte al final de los años 2030, así que ahí o al principio de los 2040 espero que vea- mos a los primeros astronautas pisar Marte. También podemos pensar que, si continúa el empuje de empresas pri- vadas y hay una curva de innovación exponencial, igual todo esto ocurre mucho antes. Ya veremos.
Destacaría el potencial de la industria europea y española en muchas de las disciplinas de construcción de naves espaciales, incluyendo el desarrollo de estructuras, los sistemas de generación y distribución de potencia, hasta el sistema de propulsión.
También, el conocimiento en la integración y fase de pruebas de la nave de muestras de la experiencia que tiene ya la industria europea en esto.