Desde 2003 ha desempeñado su labor como catedrática de Tecnología Electrónica en la Escuela Técnica Superior de
Ingenieros Industriales de la UPM (ETSII-UPM), donde ha desarrollado toda su carrera docente e investigadora hasta su nombramiento como directora general y posteriormente secretaria general de Innovación en el Ministerio de Ciencia e
Innovación.
Experiencia profesional
Ha sido directora del Centro de Electrónica Industrial, subdirectora de Investigación y Relaciones Internacionales de la
ETSII-UPM y, posteriormente, directora del Departamento de Automática, Ingeniería Eléctrica y Electrónica e Informática
Industrial.
En 2018 fue nombrada directora general de I+D+i del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y en enero de 2020
fue nombrada secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia e Innovación. Por su cargo, es la presidenta del
CDTI y la presidenta del Patronato de la FECyT.
Formación académica
- Doctora ingeniera industrial por la Universidad Politécnica de Madrid (1996).
- Ingeniera industrial por la UPM (1990).
¿Cuál es su valoración del consejo ministerial de la ESA?
Creo que, como resumen general, se puede decir que ha sido un Consejo Ministerial muy exitoso tanto para la ESA como
para España, y eso a pesar de las tensiones existentes en el entorno internacional, como la alta inflación o la escasez
de componentes.
En primer lugar, creo importante destacar que la propuesta del director general de la Agencia Espacial Europea ha sido
muy atractiva y ambiciosa, superior incluso a la de Sevilla de 2019, que ya fue un gran éxito de inversión.
El Gobierno, por su parte, ha hecho un gran esfuerzo para que España haya podido reforzar su posición en un área
estratégica como el Espacio. Si ya en el Consejo Ministerial de Sevilla en 2019 se aprobó un aumento del 25% en nuestra
contribución a la ESA, este año en París el aumento ha sido de un 20% adicional, de modo que en apenas tres años el
aumento acumulado ha sido del 50%, pasando de 200 a 300 millones de euros al año.
Para España ha sido un Consejo Ministerial que ha llegado en un momento especialmente ‘excitante’ ya que, como saben,
estamos en los últimos pasos de la creación de la Agencia Espacial Española. Adicionalmente, ha sido una Ministerial
bajo el paraguas del PERTE Aeroespacial, lo que abre excelentes oportunidades para buscar sinergias entre inversiones y
maximizar el retorno para el sector.
En cuanto a los programas concretos, con una inversión total de 1.500 millones en 5 años, 932 de los cuales están
dedicados a nuevos programas, es complicado destacar elementos particulares sin dejarse en el tintero propuestas clave.
No obstante, creo que en primer lugar podemos decir que ha sido la Ministerial de la exploración espacial y de los
astronautas, con un rotundo éxito de España, que ha logrado que dos españoles sean elegidos para el cuerpo de
astronautas por primera vez desde que lo lograra Pedro Duque en 1992.
No obstante, creo que en primer lugar podemos
decir que ha sido la Ministerial de la exploración
espacial y de los astronautas, con un
rotundo éxito de España, que ha logrado que
dos españoles sean elegidos para el cuerpo de
astronautas por primera vez desde que lo lograra
Pedro Duque en 1992.
Por otra parte, España, en su ambición de liderazgo, sostenida por nuestras grandes capacidades, ha invertido en
programas estratégicos que nos ofrecen oportunidades en esta línea, ejemplos son el nuevo programa de navegación LEO
PNT, el programa UE-ESA Copernicus, la misión de seguridad espacial Draco o el liderazgo científico de la misión del
programa de ciencia Arrakihs. Pero sin duda, como decía, podría destacar muchos otros.
¿Qué puede hacer España para aprovechar al máximo el resultado de esta reunión tan importante para la industria?
Además de los aspectos ya mencionados asociados a cuestiones extraordinarias como la creación de la Agencia Espacial
Española y el PERTE Aeroespacial, el éxito de nuestra participación en el Consejo Ministerial, donde España ha estado
representada al más alto nivel por la ministra de Ciencia e Innovación, abre grandes oportunidades para el ecosistema
espacial nacional.
Tenemos dos nuevos embajadores, Sara García y Pablo Álvarez que, sin duda, ayudarán a crear y atraer nuevas vocaciones y
talentos.
Tenemos, además, un gran posicionamiento para aprovechar las nuevas iniciativas que ha presentado la ESA y que España ha
contribuido a sacar adelante.
Con programas como LEO PNT, Copernicus, Aeolus-2 o Conectividad segura, debemos dar un impulso al uso del Espacio. Es el
momento de ahondar más en la integración del espacio en otras áreas de actividad, de mirar más hacia el usuario final,
de potenciar las sinergias con la comunidad científica.
Estos aspectos son comunes a toda Europa: en la ESA los estados miembros han aprobado una resolución sobre la
aceleración del uso del Espacio en Europa y el tema será también motivo del debate político del próximo consejo de
competitividad de la Unión Europea. España debe y puede abanderar esta evolución tan importante.
La estructura, la financiación y las oportunidades están ante nosotros, ahora la industria, en cooperación con los demás
actores nacionales debe aprovechar la oportunidad.
El sector espacial español se encuentra en un momento de crecimiento. ¿Cuál es, a su juicio, el papel que debe jugar España?
Considero, y creo que es una buena noticia, que España ya está consolidada y reconocida como una de las grandes potencias espaciales europeas (la cuarta en el entorno UE y la quinta, junto con Bélgica, en el marco de la ESA). Y este
posicionamiento se refiere no sólo a la inversión, donde hay países que nos superan en porcentaje de PIB dedicado a
Espacio o incluso en inversión global, sino también a capacidades, talento, competitividad, tejido industrial, etc. Es
decir, a todo el ecosistema espacial.
En este sentido, España tiene la oportunidad de hacer valer los puntos fuertes que ya están dando réditos en otras áreas
económicas, como puede ser el papel de puente para la cooperación con Iberoamérica. A este respecto y, a modo de
ejemplo, la creación de la Agencia Espacial Española abre una puerta para avanzar en el establecimiento de iniciativas
comunes o incluso a una posible asociación con la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), también de
reciente creación.
Nuestra industria realiza importantes inversiones en innovación y desarrollo. A su juicio, ¿En qué necesita España realizar mayor esfuerzo o innovación tecnológica?
Tradicionalmente el espacio ha sido un entorno en el que los avances tecnológicos, siendo muy relevantes, han llegado de
forma mucho más pausada que en otras áreas.
Sin embargo, eso es algo que está cambiando enormemente en los últimos años, en los que las evoluciones se han acelerado muchísimo. Por otra parte, el Espacio, y eso es algo positivo, se ha vuelto mucho más permeable a los avances logrados en otras áreas tecnológicas.
Por ese motivo, creo que debemos mirar las evoluciones que se están dando a nivel global con temas como la inteligencia
artificial, los desarrollos cuánticos, los avances asociados a instrumentación o las mejoras en producción como las
derivadas de la fabricación aditiva.
Sobre esas líneas discurrirán, sin duda, los avances espaciales. Todo esto se consigue mediante una colaboración
profunda entre los distintos actores: científicos y académicos, grandes corporaciones, mid-caps, startups y, por
supuesto, la Administración que seguirá dando apoyo al ecosistema.
En su opinión, ¿Qué aporta a un país como España y a su economía disponer de un sector espacial de vanguardia?
El Espacio es un sector estratégico por muchos motivos. Estos motivos están relacionados no sólo con el propio
desarrollo del sector (que tracciona tecnología, da empleos de muy alta cualificación y genera industrias directas y
auxiliares), sino también con el uso de los datos y de las aplicaciones de las que disponemos gracias a los satélites y
su impacto en la lucha de los grandes retos que tenemos como sociedad.
Es muy relevante el papel que el Espacio ha tenido en algunos acontecimientos de los últimos años, como la guerra de
Ucrania, la erupción del volcán en La Palma o el diagnóstico de los efectos de los incendios sufridos este pasado
verano. Para estos servicios de carácter excepcional y para los que usamos en nuestro día a día (geolocalización,
previsión meteorológica, comunicaciones…), necesitamos participar tanto de los grandes proyectos europeos, como tener
la capacidad de desarrollar nuevas constelaciones adaptadas a nuestras necesidades. Proyectos como la Constelación
Atlántica, en colaboración con Portugal, son ejemplo de iniciativas que capacitan a las empresas españolas y abren un
conjunto de usos del espacio adaptados a las necesidades del país, en agricultura, detección y prevención de incendios,
monitorización del cambio climático, comunicaciones de baja tasa de datos…
Pero, más allá de ese aspecto concreto, el espacio es un motor de la economía y un vector de creación de valor. Aunque
es un sector relativamente pequeño en términos de PIB, aporta un alto valor añadido a aspectos científicos, tecnológicos
y de innovación. Además, la mano de obra que emplea está formada en su mayoría por titulados superiores y doctores, lo
que da muestra de su rol tractor en cuanto al desarrollo tecnológico e industrial. Es, además, un sector con una enorme
resiliencia, como se ha demostrado durante las distintas crisis de los últimos años, continuando con su crecimiento en
empleo y facturación.
Por otro lado, el espacio, con su papel cada vez más relevante en el día a día de los ciudadanos recordemos que cada día nos conectamos a decenas de satélites y como herramienta para la implementación y control de políticas públicas ha
ido ganando peso en las iniciativas europeas, donde la participación de los países solo se puede lograr gracias a un tejido industrial fuerte y competitivo como el nuestro.
¿Cómo ve el futuro de España en el sector espacial?
Soy muy positiva en lo que se refiere al futuro del sector. Creo que hemos construido una base muy sólida con un muy
relevante esfuerzo institucional y no me cabe duda de que los importantes avances logrados en estos años suponen la
consolidación de nuestro papel de liderazgo en Europa.
Adicionalmente, en el medio plazo, estoy convencida de que el PERTE Aeroespacial y la creación de la Agencia Espacial
Española servirán para dotar a España de la estructura y financiación que requiere el sector para fortalecerse, tener
una mayor estabilidad y continuar su crecimiento.
Me gustaría destacar el incipiente sector espacial que emerge impulsado por diferentes start-ups altamente innovadoras y
con un alto potencial de crecimiento. Estas han nacido y crecen en España en el marco del no siempre bien llamado ‘Nuevo
Espacio.’ Desde fabricantes de lanzadores, a integradores de satélites, cámaras e instrumentos sofisticados,
computadores de a bordo y micropropulsores, hasta los que trabajan con los datos generados en el Espacio, el sector en
España tiene un gran potencial. Este potencial debemos convertirlo en una realidad con empresas fuertes y bien
asentadas. Sin duda, el PERTE Aeroespacial y otras acciones como la colaboración en el ámbito europeo, serán esenciales
para el avance del sector en España.
¿Es posible potenciar la transferencia y colaboración entre universidades y empresas para atraer y retener talento?
No solo es posible, sino que es indispensable reforzar la relación entre universidades, centros de investigación y
empresas, así como la búsqueda de sinergias y transferencias (de tecnologías, de conocimiento, de datos, de talento…).
Y respondiendo a este objetivo fundamental aprobaremos en los próximos días el ‘Plan de Transferencia de conocimiento y
colaboración’ con el objetivo de fortalecer los vínculos entre el sector público y el privado para aumentar el impacto
de la inversión pública en investigación e impulsar la capacidad innovadora de las empresas españolas.
Esa cooperación es un círculo virtuoso en el que se crean vocaciones en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y
matemáticas), las instituciones académicas forman este talento y genera actividades de investigación en colaboración con
la industria, que a su vez aprovecha como fuente de talento esa actividad investigadora y el incremento de estudiantes
en esas áreas críticas para el espacio. Tanto por su vertiente más inspiradora asociada, por ejemplo, a la exploración,
como con su amplio espectro de aplicaciones de nuestro día a día, es trabajo de todos fomentar y potenciar este proceso.
Desde el Ministerio de Ciencia e Innovación estamos poniendo en marcha instrumentos de ayuda basados tanto en
subvenciones para proyectos en cooperación, como en entrada en capital de start-ups de alto nivel tecnológico para
favorecer la transferencia y la colaboración en ámbitos tan importantes como el Espacio. Además, participamos
activamente en redes e iniciativas para promover las vocaciones STEM entre niñas y mujeres jóvenes, para facilitar e
inspirar a las futuras tecnólogas y usuarias del espacio.
Desde el MCINN buscamos ofrecer nuevas herramientas que faciliten el desarrollo de proyectos conjuntos entre
universidades, centros de investigación de referencia y, también, la excelente industria nacional del Espacio. Para ello
contamos con instrumentos como el Plan Estatal de Investigación Científica, Tecnológica y de Innovación o el programa
PRODEX de la ESA gestionado en España desde el CDTI, un programa dedicado al desarrollo de instrumentos para misiones de
ciencia.