Desde que el hombre comenzara las primeras misiones espaciales en los años 60, se han producido multitud de
proyectos con el objetivo de conocer mejor el espacio que nos rodea, algunos de los más importantes son: las
misiones a la luna llevadas a cabo entre 1969 y 1972; la estación espacial Mir en 1986; la Estación Espacial
Internacional en 1998, considerada uno de los logros más grandes de la humanidad; la Voyager 1 y Voyager 2 lanzadas
a finales de los 70 en misiones a los planetas más lejanos del sistema solar… Pero si hay un objetivo que se ha
vuelto casi una obsesión a lo largo años es la exploración de Marte, al considerarse el más habitable de los
planetas a nuestro alcance. Esto lo convierte en el mejor escenario para confirmar la existencia de vida fuera de
la tierra, además de una inmensa fuente de datos que ayuden a dar respuesta al enigma de la vida.
El papel del satélite en las misiones espaciales ha sido primordial en diversos ámbitos: llegada de los róveres a
Marte; recopilación de datos de las misiones; envío de datos a la Red de Espacio Profundo de la NASA (DSN).
Si nos centramos en las misiones Marcianas, en este momento hay 8 satélites artificiales orbitando el planeta rojo:
Mars Reconnaissance Orbiter, Mars Odyssey Orbiter, Mars Express, MAVEN, ExoMars Trace Gas Orbiter, Hope Mars,
Mangalyaan (Mars Orbiter Mission) y Tianwen-1, y numerosas misiones de lanzamientos de nuevos satélite en los
próximos años: Tera-hertz Explorer (TEREX) 2022-2024, Mangalyaan 2 (Mars Orbiter Mission 2) 2024, Martian Moons
Exploration (MMX) 2025.
Además de todo esto, la NASA planea enviar un orbitador de telecomunicaciones a Marte a fines de la década de
2020, y estudia la posibilidad de realizar misiones tripuladas por humanos en la década de 2030.
Y aparece SpaceX que tiene el ambicioso proyecto de realizar algún tipo de misión a Marte en la década
de 2020. El fundador Elon Musk quiere aterrizar su primera nave de transporte en Marte en 2022, seguido de cuatro
vehículos en la ventana de lanzamiento de 2024.
¿Y que papel ha jugado España y su industria en estas misiones?
Se podría decir que ha jugado un papel importante en varias de las misiones llevadas a cabo, participando en la
construcción de elementos importantes tanto de los satélites como de los vehículos enviados a Marte. Algunos ejemplos
son:
Se podría decir que ha jugado un papel importante en varias de las misiones llevadas a cabo, participando en la
construcción de elementos importantes tanto de los satélites como de los vehículos enviados a Marte. Algunos ejemplos
son:
Antenas de Alta Ganancia (HGAS) instaladas en el Curiosity y el Persevarance desarrolladas por el
consorcio formado por Airbus Defense and Space y Sener.
La estación meteorológica MEDA instalada en el Perseverance, que fue desarrollada por científicos
españoles del Centro de Astrobiología de Madrid (CAB, CSIC-INTA) y el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial
(INTA) para medir con sus sensores el viento, el polvo, la radiación ultravioleta y otros indicadores del clima en
Marte.
La estación medioambiental REMS (estación de monitoreo ambiental) a bordo de Curiosity.
La estación medioambiental TWINS (sensores de temperatura y viento para la misión InSight) en la
plataforma InSight.
Con ellas, España ha logrado el hito de ser el primer país que dispone de una red meteorológica en otro planeta:
REMS en 2012, TWINS en 2018 y MEDA en 2021.
Y a finales de 2020, Airbus ha sido la compañía seleccionada por la Agencia Espacial Europea (ESA) para encargarse
del diseño, desarrollo y construcción del vehículo orbital ERO (Earth Return Orbiter) y del vehículo de superficie
SFR. Ambos como parte del programa MSR (Mars Sample Return) que está llevando a cabo junto a la NASA. Tratándose
del primer vehículo espacial que traerá muestras de Marte a la Tierra. Hace solo unos meses ambas agencias han
dado el visto bueno al diseño preliminar del satélite cuyo lanzamiento está previsto para 2025.
Respecto al segmento terreno, España juega un papel fundamental, al albergar una de las tres estaciones que forman
la Red de Espacio Profundo de la NASA, ubicada en Robledo de Chavelas. Este complejo cuenta con 6 antenas: Una de
26 metros de diámetro, 4 de 34 metros de diámetro y una con 70 metros de diámetro.
Prueba de la oportunidad que se abre a las empresas del sector del espacio en los próximos años es la aprobación
por parte de la Agencia Espacial Europea (ESA) de invertir 14.400 millones de euros en los próximos cinco años
(2021-2026), el mayor presupuesto de su historia, de los que 1.953 millones irán destinados a la exploración humana
y robótica de la Luna y Marte.