El volcán entró en erupción el 19 de septiembre en ‘Cumbre Vieja’ (La Palma) y desde entonces los satélites Sentinel-2 y Paz están ayudando a las autoridades a examinar los daños y predecir el recorrido de la lava
La Unión Europea ha activado el servicio Copernicus para poder tener controlada la zona donde ha ocurrido la
erupción del volcán de la Palma, esto permite visualizar la colada de lava, su extensión y los edificios afectados
que va dejando a su paso.
Los datos recogidos por los satélites Sentinel-2 y Paz proporcionan información para conocer la deformación de la
superficie terrestre o el estado de las carreteras; y los servicios de atmósfera proporcionan información sobre las emisiones que se están produciendo a
causa de la erupción, como el dióxido de azufre.
El programa espacial Copernicus de observación de la Tierra por satélite se inició en 2008 y la calidad de sus
datos, productos y servicios, así como la política que se aplica a los datos que proporciona, abierta y gratuita,
han hecho de él un referente a nivel mundial.
Consta de una componente satelital con satélites denominados ‘Sentinels’ y misiones nacionales y privadas como
contribuyentes.
La lava de La Palma fluye hacia el mar
Esta imagen, capturada por la misión Copernicus Sentinel-2 el 30 de septiembre, muestra el flujo de lava del volcán
en erupción en la isla española de La Palma. La cascada de lava se puede ver derramándose en el Océano Atlántico,
extendiendo el tamaño de la costa. Este “delta de lava” cubría unas 20 hectáreas cuando se tomó la imagen.
Una grieta se abrió en el volcán Cumbre Vieja el 19 de septiembre, arrojando columnas de ceniza y lava al aire. La
lava fluyó por la montaña y a través de los pueblos envolviendo todo a su paso. Para el 28 de septiembre, el flujo
de lava de 6 km había llegado al océano en la costa oeste de la isla. Se reportaron nubes de vapor blanco donde la
lava al rojo vivo golpeó el agua en el área de Playa Nueva.
Esta imagen de Sentinel-2 ha sido
procesada en color verdadero, utilizando el
canal infrarrojo de onda corta para resaltar
el flujo de lava. La misión Sentinel-2 se
basa en una constelación de dos satélites
idénticos, cada uno con un innovador
generador de imágenes multiespectrales
de alta resolución de amplia franja con 13
bandas espectrales para monitorear los
cambios en la tierra y la vegetación de la Tierra.