Cuando nacimos en 2008 el mundo miraba hacia las estrellas con una visión ensoñadora e inalcanzable que a lo largo de las décadas ha pasado a ser una realidad estratégica capaz de alcanzar las grandes oportunidades que se nos ofrecen en el ámbito Espacial.
Sin embargo, estas oportunidades no están exentas de ciertas amenazas. Y es, precisamente, el creciente impulso de la tecnología espacial la razón por la que los límites físicos entre el Espacio y la Tierra deben contar con una serie de medidas que mitiguen dichos riesgos y ofrezcan la certeza de que cualquier sistema funcione conforme a lo previsto o sepa reaccionar ante las impredecibles amenazas que estas oportunidades también pueden traer.
Afortunadamente, se ha trabajado lo suficiente para que detrás de todos estos riesgos exista una tecnología crítica que cumpla los requisitos técnicos de seguridad. Cuando hablamos de un sistema crítico, no se reduce al mero hecho de que un sistema funcione correctamente, sino que implica que infinidad de factores, como protección del personal de vuelo y tierra, el vehículo de lanzamiento, el público en general, propiedades públicas y privadas, el sistema Espacial o el medioambiente estén fuera de los peligros asociados al sistema Espacial.
De esta forma, establecer una independencia en las funciones de seguridad y el desarrollo de los componentes software es esencial para poder ofrecer capacidades innovadoras en situaciones críticas. Por ejemplo, permitir que un lanzador de satélites disponga de una unidad que acredite el correcto funcionamiento de un cohete o que el Rover, que recorre la superficie de Marte para extraer y estudiar muestras del planeta rojo, responda de la forma más rentable y rápida posible a cualquier problema. Algo en lo que las empresas españolas seguimos trabajando para contribuir a la garantía del progreso.
A nivel nacional, nuestro país es un referente en el crecimiento de estas tecnologías que apuestan por la disminución de las vulnerabilidades que ponen en riesgo la seguridad de nuestro equipo humano y de los proyectos dentro del ámbito Aeroespacial. Por ello, nuestro fin dentro del sector es desarrollar software de control para equipos embarcados, que se plasma en proyectos como el desarrollo del subsistema de control de los espectrómetros (SEB) del proyecto UVAS, o la cámara infrarroja IRCAM que hemos desarrollado haciéndonos una compañía líder en instrumentación espacial en globos estratosféricos de la CSBF/NASA.
Con la cantidad de posibilidades que el Espacio trae a nosotros, no dentro de mucho tiempo nos encontraremos con sistemas tan desarrollados que necesitarán, a su vez, de aplicaciones críticas aún más avanzadas para consolidar las bases industriales y dar alas a la seguridad Aeroespacial.
El creciente desarrollo que estamos experimentado hace que sea de vital importancia contar con una nueva generación de talento lo suficientemente capacitada como para hacer frente al desarrollo de este tipo de software tan complejo como son los sistemas críticos. Indudablemente, el crecimiento de este sector necesita ir de la mano de un ingenio, no solo joven, sino también diverso e igualitario en el que las huellas del talento femenino marquen el rumbo de la constelación de retos a los que se va a enfrentar esta generación.
Por lo tanto, es nuestra labor impulsar a los jóvenes que veían al cielo como algo inaccesible para que consigan alcanzar el Espacio a través de su conocimiento. Algo que únicamente será posible si aunamos la ciencia, la tecnología, la diversidad e igualdad para enriquecer a los expertos del futuro en un sector tan atractivo como este.
Con lo cual, estará bien soñar con la amplitud de posibilidades que nos brinda el Espacio, pero siempre con los pies firmes en el suelo y atendiendo a las necesidades que el sector pide en el presente, de modo que se dé una respuesta fiable a los avances del futuro.
Ya no basta con poner un remedio ante las adversidades que pueda traer el ámbito espacial, ahora es imprescindible poner por encima a la prevención dentro de un área que está creciendo a la velocidad de la luz, y que necesita de unas bases y equipo lo suficientemente preparados como para estar a la altura de las exigencias de los sistemas Aeroespaciales.