Es por todos conocida la necesidad en España de atraer talento al sector científico/tecnológico y, en particular, al sector aeroespacial. Por eso, desde el sector empresarial, ponemos nuestra mirada en las universidades, por ser el lugar en el que los futuros tecnólogos son formados y desde donde debemos empezar a construir los puentes para una transferencia de conocimiento desde las universidades a las empresas. Estos puentes son claves para mejorar la competitividad de la economía de los países.
Dentro de las herramientas disponibles para establecer la transferencia de conocimiento entre universidad y empresa, podemos destacar los contratos Torres Quevedo y los programas de doctorados industriales. Dos buenos mecanismos que hay que potenciar.
Por otro lado, como se discute en el número anterior de la revista ProEspacio, las universidades, en España y en el resto de Europa, están sufriendo para conseguir atraer estudiantes en áreas de conocimiento STEM (siglas del inglés: “Science, Technology, Engineering and Mathematics”).
Tal y como se expone en el reportaje “impulsando a la juventud”, del número anterior de la revista ProEspacio: “Durante las últimas décadas se ha constatado en toda Europa el mismo fenómeno: el interés por las ciencias STEM va decayendo a medida que la juventud avanza en su proceso educativo, así como en su camino profesional”. Además, adicionalmente a este problema de interés, tenemos el problema del género: las mujeres se apartan de las áreas STEM a un ritmo mayor y a edades más tempranas.
Las causas por las que hemos llegado a este punto son múltiples y diversas, pero algo tenemos que hacer para revertir esta falta de atracción de la juventud en las áreas de conocimiento STEM. Para esto, tenemos que ser capaces de responder a dos preguntas: ¿Cómo podemos atraer a la juventud hacia las áreas de estudio científico/tecnológicas? y ¿qué podemos hacer para que la relación universidad empresa sea lo suficientemente intensa y fluida?
Es aquí donde la llegada de Pablo Álvarez y Sara García, dos excelentes profesionales formados en dos disciplinas científicas diferentes, pueden hacer soñar a nuestra juventud: Pablo es ingeniero Aeronáutico con máster en Ingeniería Aeroespacial por la Universidad de Varsovia. Sara es grado y máster de Biotecnología y doctora en Biología Molecular del cáncer. Incluso tras haber superado el filtro de admisión, ambos tienen por delante unos años en los que tendrán que formarse en multitud de disciplinas para poder llegar a ser astronautas
Pero al mismo tiempo que Pablo y Sara se preparan para cumplir su sueño, también pueden ayudar a cumplir los sueños de una juventud deseosa de tener referentes a los que poder imitar.
Desde el pasado 23 de noviembre de 2022, cuando se hicieron públicas las nominaciones de la futura generación de astronautas, los medios de comunicación han centrado su atención en Pablo y Sara. Prensa, radio y televisión se han hecho eco de la proeza de tener dos excelentes profesionales entre la élite del grupo de astronautas de la Agencia Espacial Europea.
El pasado 21 de diciembre de 2022, durante la presentación de los futuros astronautas en el Centro Europeo de Astronomía Espacial de la Agencia Espacial Europea en Madrid, tuve la ocasión de conocerlos personalmente. Durante cuatro horas tuvimos la oportunidad de compartir con ellos su ilusión por la nueva etapa que tienen por delante. Nos contagiaron de su alegría y su emoción por un sueño que han hecho realidad. Ahora es el momento de extender el contagio al resto de la sociedad y en particular a los jóvenes. Hay que aprovechar esta ocasión y ser capaces de llegar a la juventud para hacerles vibrar y soñar con las áreas de conocimiento científico/tecnológico. Ser capaces de transmitir que hay un futuro ahí fuera, lleno de posibilidades y retos aún por descubrir.
La comunicación en este proceso es fundamental. Atraer a los medios de comunicación para que las nuevas generaciones se interesen por el sector tecnológico y ser capaces de transmitir nuestro entusiasmo es fundamental para conseguir que nuestro país no se quede fuera del tren del “New Space”.