En abril de 2023 comienza su andadura como astronauta de la Agencia Espacial Europea, dejando atrás su vida laboral en Airbus. ¿Qué va a suponer este cambio?
Es un giro de 180° en tu vida, cambiar de país, dejar Airbus y tenemos que empezar nuestra carrera laboral de cero y aprender todo lo necesario para convertirnos en buenos astronautas.
¿Cree que trabajar en una compañía Aeroespacial le ha ayudado a lograr un puesto en la ESA?
Sin duda. Airbus me ha dado muchas oportunidades, tanto de movilidad internacional como de desarrollar mi carrera en distintos ámbitos técnicos y de gestión que han sido importantes a la hora de mi selección.
¿Qué es lo que recordará de su etapa en Airbus cuando esté viajando por el Espacio?
A todos los compañeros y amigos que he hecho en todos estos años trabajando para Airbus. Tengo que agradecer todo el apoyo y confianza que me han dado durante el proceso de selección. Estoy seguro de que alguno de ellos recibirá una invitación para el lanzamiento el día que me toque volar.
¿Cuáles son los siguientes pasos que le esperan como ya astronauta de la ESA?
El día 3 de abril he comenzado el entrenamiento básico, que durará alrededor de un año y que incluye una formación generalista en todos los campos en los que los astronautas tenemos que tener unos conocimientos mínimos, así como entrenamiento de supervivencia, ruso, bastantes horas de entrenamiento físico, y seguro que hay muchas otras sorpresas.
Después de este año entraremos en el grupo de astronautas que pueden ser asignados a una misión. Una vez que se asigne una misión. Tendremos otros dos años de entrenamiento específico para la misma.
¿Podría hablarnos del proceso de selección y de las pruebas que tuvo que pasar?
Ha sido un proceso muy largo que ha durado 18 meses y en el que se presentaron más de 22.500 personas. Hemos superado pruebas de todo tipo, desde inteligencia, exámenes de física, matemáticas o idiomas hasta test psicológicos muy extensos, pruebas médicas y varias entrevistas con distintos directivos de la ESA.
¿¿Cuál fue para usted la más dura? ¿Pensó en algún momento que no superaría este reto?
Pues quizás lo más difícil era la espera después de cada una de las pruebas, hasta que te decían si la habías superado o no. Creo que desde el primer momento me planteaba esto como algo prácticamente imposible, pero también como una oportunidad única, así que siempre intenté seguir preparando cada una de las pruebas a pesar de la dificultad.
Cuando participaba como arquitecto mecánico del rover ExoMars, ¿pensaba en algún momento que podría llegar a Marte?
La verdad que no y actualmente sigo pensándolo. Creo que eso será un reto para la siguiente generación de astronautas. De momento vamos a volver a la Luna con las misiones Artemis y en ellas la ESA tiene tres asientos reservados para tres astronautas europeos, pero yo ni siquiera empezado el entrenamiento, así que vamos a ir paso a paso y seguramente la primera misión que se le podría asignar sería a la Estación Espacial Internacional.
Si pudiese elegir, ¿pensaba en algún momento que podría llegar a Marte?
Si pudiese elegir y la misión a Marte fuera con un billete de vuelta, quizás elegiría Marte por todo lo que supone, pero con la tecnología actual creo que es mejor elegir un objetivo más realista y quedarnos con la Luna.
¿Se han puesto en contacto con usted desde la Agencia Espacial Española al ser el único español de carrera que hay para contribuir en su desarrollo?
He estado en contacto con mucha gente involucrada en la creación de la Agencia Espacial Española y, sin duda, en el futuro colaboraremos de forma muy cercana.
Desde Pedro Duque, España no había tenido otro astronauta español, ¿Cree que ha cambiado el trabajo como astronauta desde entonces?
Ha cambiado muchísimo. A Pedro Duque le seleccionaron hace 30 años y el perfil de las misiones en aquel entonces era muy distinto, eran misiones de una semana o 15 días. Hoy en día nos planteamos misiones a la Estación Espacial Internacional de alrededor de seis meses y misiones a la Luna. Esto se debe a que hoy en día se conoce mucho más como los humanos reaccionamos en condiciones de microgravedad y gracias a todo el conocimiento acumulado en estos años.
¿Cuál es su referente en el mundo Aeroespacial?
Sin duda, Pedro Duque. Además, hace poco tiempo tuve la oportunidad de conocer a Amable Liñán, que fue el Premio Príncipe de Asturias en el año 1993, y también el leonés como yo, y me impresionó conocer a alguien con tanto conocimiento y, sobre todo, con ese carácter humilde.