El Espacio en Europa se desarrolla principalmente bajo el paraguas de la Agencia Espacial Europea (ESA). Los Estados miembros que componen la ESA encuentran en la Agencia un lugar común donde capitalizar sus ambiciones en el sector espacial. Así mismo, es el ámbito donde se aúnan los esfuerzos de todos ellos en pro de una mayor participación europea en el concierto internacional. Las Reuniones Ministeriales son aquellas en las que se decide el camino que Europa quiere seguir en el Espacio y se realizan al más alto nivel.
El Consejo es el órgano de gobierno de la ESA y proporciona las directrices políticas básicas dentro de las cuales la ESA desarrolla el programa espacial europeo. Cada Estado miembro está representado en el Consejo y tiene un voto. La ESA está dirigida por un Director General que es elegido por el Consejo cada cuatro años.
El Consejo de la ESA se reúne cuando es necesario y al menos dos veces al año a nivel de delegados y regularmente a nivel ministerial. De vez en cuando se organizan reuniones conjuntas y concomitantes del Consejo de la ESA y del Consejo de la Unión Europea, que se denominan ‘Consejo del Espacio’.
Las reuniones del Consejo a nivel ministerial tienen el objetivo principal de definir el papel del Espacio en Europa en áreas clave de desarrollo y aplicaciones. Los ministros responsables del sector espacial de los 22 Estados Miembros de la ESA y Canadá se reúnen cada dos o tres años para poner en marcha la Política Espacial Europea, iniciar los programas futuros y decidir sobre las siguientes fases de los programas en curso.
En el Consejo se toman decisiones sobre las nuevas propuestas y la financiación de los próximos años de trabajo de la ESA. La última reunión ministerial ‘Space19+’, se celebró en noviembre de 2019 en Sevilla (España) para cristalizar la visión de la ESA sobre el futuro de Europa en el espacio con un respaldo de este ambicioso plan con una financiación récord. La próxima está prevista en noviembre de 2022, en París.
Asimismo, las Reuniones Ministeriales son reflejo de una ambición mayor, uniendo a Europa a través del Espacio.
En estas macro-reuniones se definen las ambiciones de la ’próxima generación’ de Europa en el Espacio y abordan los retos a los que se enfrenta no solo el sector espacial europeo, sino también la sociedad europea en su conjunto. Esta propuesta incluye el plan del director general para los programas espaciales que llevará a cabo la Agencia y abarca todos los aspectos de las actividades espaciales: ciencia y exploración, aplicaciones, acceso al Espacio, operaciones, investigación y desarrollo. También sitúa a la ESA en una posición de liderazgo mundial en el emergente campo de la seguridad espacial.
Los cuatro grandes pilares del Espacio que son objeto de escrutinio y financiación son los siguientes:
Cada estado miembro apoya financieramente todas aquellas áreas que consideran esenciales para el desarrollo de su industria y el interés de sus ciudadanos.
Las Actividades Básicas Obligatorias son esenciales para el funcionamiento eficaz de la ESA a largo plazo, y en general solicitan un aumento de recursos en línea con la mayor demanda. Incluyen el Programa de Estudios Generales; el Programa Tecnológico de Investigación; las Actividades Técnicas Básicas; el proceso de Armonización Tecnológica; Earthnet, que sustenta la colaboración con otras agencias espaciales y socios como la Carta Internacional de Desastres, entre otros; las actividades de Educación, que incluyen numerosos proyectos para estudiantes y escolares de primaria y secundaria; y, por último, las Actividades Administrativas y Corporativas, actualmente en proceso de reforma para lograr una mayor eficacia. El programa tecnológico es, a su vez, un entorno ideal en el cual se fomenta el desarrollo de las tecnologías existentes y la mejora de productos propios, además de la innovación tecnológica.
La ESA es una organización intergubernamental, mientras que la UE es supranacional. Las dos instituciones tienen, en efecto, diferentes rangos de competencias, diferentes Estados miembros y se rigen por normas y procedimientos diferentes. Sin embargo, la Unión Europea (UE) y la ESA comparten un objetivo común: reforzar Europa y beneficiar a sus ciudadanos.
Aunque la ESA y la UE son organizaciones distintas, cada vez trabajan más juntas para alcanzar objetivos comunes. Debido a su ejecución de los programas emblemáticos de la UE, Galileo y Copérnico, y a su apoyo al programa de investigación y desarrollo de la UE, Horizonte 2020, alrededor del 20% de los fondos gestionados por la ESA en el pasado reciente proceden del presupuesto de la Unión Europea.
En los últimos años la Unión Europea ha incrementado su influencia en aplicaciones espaciales de interés a nivel Europeo.
Galileo es un Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) desarrollado por la Unión Europea que proporciona servicios de navegación: posicionamiento y tiempo. Este programa tiene una gran importancia estratégica para la independencia de la Unión Europea ya que permite evitar el uso de servicios como GPS o GLONASS, cuya información está bajo control de terceros países. Desde el punto de vista económico, este programa supondrá 10.000 millones de euros al año y la creación de numerosos puestos de trabajo de personal altamente cualificado.
Con Galileo se dispone de un sistema civil propio bajo control de las instituciones de la Unión Europea.
La Unión Europea tiene previsto el lanzamiento de una nueva constelación de satélites que pretende proporcionar servicios gubernamentales y comerciales para la protección de infraestructuras críticas y para dar vigilancia y apoyo a la acción exterior o la gestión de crisis. El primero de estos satélites, incluidos dentro de la Brújula Estratégica, estará operativo en 2024.
El objetivo del programa es establecer un sistema de conectividad espacial seguro y soberano para la prestación de servicios de comunicaciones por satélite, así como fortalecer la competitividad de los servicios de comunicación por satélite europeos.
El Consejo de Ministros aprobó el 14 de junio el proyecto de Real Decreto por el que se crea y se regula la composición y el funcionamiento del Consejo del Espacio. Se trata de un grupo interministerial encargado de elaborar los estatutos y el plan inicial de actuación de la futura Agencia Espacial Española, lo que acelerará la constitución y puesta en marcha de este organismo público.
El Consejo de Espacio estará integrado administrativamente en el Ministerio de Ciencia e Innovación, a través del Comisionado para el PERTE Aeroespacial, y contará con representación del Gabinete de la Presidencia del Gobierno y de los Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática; Defensa; Transportes, Movilidad y Agenda Urbana; Industria, Comercio y Turismo; Interior; Transición Ecológica y el Reto Demográfico; Asuntos Económicos y Transformación Digital; Agricultura, Pesca y Alimentación; Hacienda y Función Pública; Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación; y el Centro Nacional de Inteligencia.
Se trata del primer paso para la creación de la futura Agencia Espacial Española que servirá para coordinar de manera efectiva las actividades en torno al ámbito espacial tanto desde el punto de vista de su desarrollo tecnológico como del uso del espacio en ámbitos como la seguridad, la observación de la tierra, la geolocalización, las comunicaciones, etc.
La última reunión ministerial de la ESA se ha celebrado en noviembre en París y ha contado con la representación española del más alto nivel, como la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant; la secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo, y el comisionado para el PERTE Aeroespacial, Miguel Belló.
Entre lo acordado en esta ministerial destaca el compromiso de España para el periodo 2022-2027 de 1.500 millones de euros, el valor más alto alcanzado por nuestro país. Asimismo, desde el 2019, el Gobierno ha aumentado en un 50% la cuota anual de la ESA, alcanzando los 300 millones de euros por año. Actualmente, España es, con el 5,5 %, el sexto país que más ha contribuido. En general, los Estados miembro de la ESA han comprometido 16.900 millones de euros, un 17% más que en la Space19+.
Es evidente que al interés que suscita el estudio del cambio climático y la conectividad segura de los europeos se sumará la exploración espacial.