domingo, 28 abril 2024
Experiencia profesional
  • Profesora de Matemática Aplicada a la Ingeniería Aeroespacial
    en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio,
    de la Universidad Politécnica de Madrid.
  • Directora del Grupo de Investigación de Ciencias y Operaciones
    Aeroespaciales.
  • Coordinadora del Grupo de Innovación Educativa AEROMATIN
    (Aeroespacial, Matemáticas e Innovación).

Despertando la curiosidad

Cuando empieza el mes julio siempre hay alguien que comenta: “Qué suerte tienes, ¡dos meses de vacaciones!”, a lo que yo contesto “No, solo tengo un mes de vacaciones, en julio trabajo” y año tras año siempre recibo la misma respuesta: “Pero si ya no hay clases, ¿qué haces?”. Y ¡aquí empieza todo!: ¿cómo va a comprender la sociedad la importancia que tiene la investigación en el desarrollo de un país si la mayoría ni siquiera sabe lo que se hace en la universidad?
Afortunadamente, cada vez se entiende mejor la importancia que tienen la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos del desarrollo humano y, gracias a ello, la investigación está empezando a ocupar el lugar que se merece en la sociedad. Pero, aunque hoy en día hay mucha gente que se interesa por la carrera espacial, la mayoría todavía piensa que este tipo de investigación solo se hace en la N.A.S.A., y siguen sin ver la conexión con el trabajo que se realiza en la universidad.
Por desgracia, desde los medios de comunicación no se da la suficiente visibilidad a la investigación que se desarrolla en la universidad y, en general, hay un profundo desconocimiento de su importante aportación a la ciencia y la tecnología. Y, aunque parece evidente que los medios deberían potenciar ese conocimiento, ¿por qué en la mayoría de las entrevistas que se ven en televisión solo se entrevista a actores, cantantes o futbolistas? ¿Es que los investigadores no tienen nada interesante que contar? Claro que sí, pero hay que conseguir que la gente se interese y sienta curiosidad por lo que los científicos puedan contar.
Hoy en día, cada vez se emplea más técnicas de innovación educativa basadas en aprendizaje basado en proyectos, en retos o en investigación”
Puede que no sea fácil de explicar, por poner un ejemplo, que investigas en el desarrollo de algoritmos basados en inteligencia artificial para el control de actitud de satélites. Pero, si lo haces de forma amena y sin profundizar en detalles técnicos, la gente se interesa por ello y, en lugar de preguntarte en qué trabajas cuando no tienes clases, te preguntan acerca de lo que estás investigando y los proyectos en los que estás involucrado.
Sin embargo, lo más preocupante es que esa falta de conocimiento sobre la investigación que se realiza en la universidad es algo que les ocurre a muchos de nuestros estudiantes. Cuando algún estudiante inicia una colaboración con nuestro grupo de investigación para realizar las prácticas curriculares o para hacer el trabajo de fin de grado o de máster muchas veces nos dicen que no tenían ni idea de que además de dar clases investigamos y, mucho menos, en qué.
Por eso es tan importante renovarse desde el punto de vista educativo, integrar el aprendizaje activo en las aulas y despertar la curiosidad en los alumnos por aprender y por investigar. Hoy en día cada vez se emplea más técnicas de innovación educativa basadas en aprendizaje basado en proyectos, en retos o en investigación.
En general cualquier actividad en la que los alumnos se involucran de una forma activa mejora notablemente su motivación, la relación profesor-alumno y, lo que es más importante, despierta su curiosidad y sus ganas de aprender y conocer. Es cierto que todas estas metodologías requieren más esfuerzo por parte de los estudiantes y de los profesores, pero la experiencia siempre suele ser mucho más gratificante para ambos colectivos en comparación con las clases centradas únicamente en la clase magistral.
Desde el punto de vista del profesorado, la mayoría está dispuesto a realizar ese esfuerzo adicional, a pesar de que requiere mucha más dedicación y, quizás esto es lo más importante y lo que los estudiantes desconocen, aunque ese trabajo no sea valorado desde el punto de vista institucional. Actualmente, de cara al proceso de acreditación que tiene que seguir el profesorado, este tipo de actividades prácticamente no se valoran, ya que lo más importante es publicar artículos científicos en revistas de impacto y participar en proyectos de investigación.
Hay que conseguir que la gente se interese y sienta curiosidad por lo que los científicos puedan contar”
Pero si no se pone en valor la importancia de estas metodologías docentes que acercan la investigación a los estudiantes, difícilmente conseguiremos que se ponga en valor en la sociedad la labor de investigación que se hace en la universidad.
Cuando los estudiantes se involucran en actividades de investigación, la experiencia suele ser muy buena. Muchos alumnos descubren su vocación investigadora y ven cómo despierta su curiosidad; algo que no van a perder nunca. De hecho muchos se interesan por el doctorado y la posibilidad de hacer una tesis doctoral e iniciar una carrera profesional en la universidad.
El problema llega cuando, a un estudiante que acaba de terminar un máster en ingeniería aeroespacial, le explicas el futuro de precariedad salarial e inestabilidad laboral que le espera si quiere dedicarse a esto de la investigación. Y, desgraciadamente para la mayoría, aunque me gustaría que esta historia tuviese un final feliz, ¡aquí acaba todo!
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